El globo de los hermanos Montgolfier

Blog de opinión orientado a los inconformistas. ¡¡Vivan los hermanos Montgolfier!!

Mi foto
Nombre:
Lugar: Úbeda, Jaén, Spain

En los momentos de depresión, piensa que aquella noche fuiste el espermatozoide mas veloz, el único de miles de millones que llegó a la meta. Has nacido para triunfar, puesto que triunfaste para nacer.

IBSN: 26-04-04-2002

Inglés Francés Italiano Portugués Japonés Alemán Traduzca El Globo de los Hermanos Montgolfier

www.flickr.com
Éste es un módulo Flickr que muestra fotos públicas de globomontgolfier3. Crea tu propio módulo aquí.

Anteriormente

Archivos

Lo último del Niño Gilipollas

Powered by Blogger

No al canon en bibliotecas

Unión de Bloggers Hispanos

BloGalaxia

The House Of Blogs, directorio de blogs

Top Blogs Spain

Top Blogs andalucia

Suscribir con Bloglines


Mi influencia
[2007]

vuelos baratos

blogs

martes, octubre 31, 2006

Instantes finales VI. El borracho.

Vagaba campeando el borracho de taberna en taberna, tratando como siempre de cazar algún sorbo de vino olvidado en cualquier jarra. A esas horas, trataba de atisbar algún montón de paja donde pasar el resto de la noche, aunque solía ocurrir que en el preciso instante en que localizaba su cama, el olor a bilis le indicaba la entrada de algún tugurio, y se olvidaba de la soporífera idea.

Acababa de entrar en uno de estos santuarios cuando, en su rutinario primer contacto, -siempre al entrar encogía los ojos y observaba uno a uno a cada bebedor y sus jarras, sólo después atravesaba el umbral-, encontró una cara conocida, aunque en su embriaguez no recordaba a qué momento de su vida pertenecía. Como en estos casos hacía siempre, se fue hacia el dueño de aquel rostro y, el alcohol obraba por él, comenzó a hablar y a beber de la jarra que estaba en la mesa. Entonces ocurrió el milagro. Aquel conocido pidió otra jarra y dejó hablar al alcohólico sin abrir la boca. Esto le sirvió de mecha al adiestrado bebedor, y agudizó todo su arte en la plática para poder beberse unas jarras más, siempre pagadas por el paciente público. Y habló, habló, habló y habló. Dio su opinión a cerca del dinero, expuso su postura frente al Rey de aquel país, recitó varios poemas, que siempre acababa de componer, en fin, habló.

Era increíble lo que aquel hombre soportaba, el borracho no creía lo que le estaba ocurriendo, era la primera vez que alguien le pagaba tantas jarras sólo por oír su añeja conversación. Sólo comprendió cuando el familiar desconocido se levantó y pagó la deuda. Fue la primera vez que habló con él. Le preguntó: "¿No recuerdas de qué me conoces?". El borracho estaba demasiado bebido como para razonar y negó expresivamente con la cabeza. Entonces, aquel hombre sacó un enorme cuchillo, lo clavó en la barriga del borracho, y lo zarandeó como buscando algo en sus entrañas.

El borracho calló de rodillas sin enterarse bien de lo que acababa de pasar y miró extrañado y asustado a su verdugo, que guardando el cuchillo abandonó el lugar murmurando: "Pues es una lástima que no sepas quién te ha matado, ni por qué".

La importancia de las cosas es directamente proporcional al interés que generen

Ahora sólo va a poder malgastar agua aquel que pueda pagarla. Bonita política social, ¿qué será lo siguiente?, ¿que sólo podrá estudiar el que tenga dinero de sobra?


Por una cuestión de "igualdad", quieren reformar la constitución para que pueda reinar la infanta Leonor. Joder, pues si a eso vamos yo también quiero reinar. ¡¡Ahh!!, lo que pasa es que hablamos de igualdad entre los privilegiados.

sábado, octubre 28, 2006

Instantes finales V. El soldado.

Su vista se nubló en un instante fatal. Precisamente en aquel momento un oponente cabalgaba hacia él con su lanza apuntándole al corazón y estaba a unos metros del soldado. ¿Quizás el cansancio?. Quizás no importaba, la realidad sí. Aún sin ver nada en absoluto, tenía otras facultades que le permitieron oír los cascos de la montura retumbando en el suelo y el grito del atacante. Sabía a donde tenía que saltar, pero el poco tiempo dejó a medio camino el salto que dio a la izquierda, aún así el asta sólo consiguió atravesar el final del costado derecho. Hubiera sido una herida leve si no fuera porque la lanza se había roto, y al hacerlo había dejado al descubierto las costillas, desgarrando la carne, y porque la espada salió despedida tras chocar con la pierna del contrario y el costado del caballo.


Tirado en el suelo , sin ver nada, oyó caer a su agresor junto al caballo, luego oyó cómo se levantaba lanzando lo que bien podían ser maldiciones. Se le hizo eterno esperar a que la vista volviera, mientras tanteaba a su alrededor buscando algo con qué defenderse, pero al fin comenzó a intuir una silueta borrosa que se acercaba inexorablemente. Su tanteo dio resultado, siendo el premio una piedra que no vaciló en arrojar contra la cabeza de la sombra, que cayó de espaldas mascullando aún más votos. El ruido metálico que oyó al impactar el proyectil le hizo temblar ante la idea de una muerte cercana, y aumentó cuando, ya con la vista recuperada, observó que se enfrentaba a un caballero armado, que blandía un enorme hacha de guerra. Su pecho, sin más protección que la fina malla se partiría en dos con un sólo golpe de aquel arma. Comenzó entonces a escudriñar el suelo buscando algo mejor que la piedra y cerca tenía una espada que tomó. Aún con el costado abierto, consiguió incorporarse el tiempo necesario para poder golpear con fuerza el lateral de su enemigo. Este golpe fue efectivo, pero no consiguió detener la trayectoria del hacha, que impactó en su hombro abriendo una brecha que casi le secciona el brazo de empuñar la espada...


Había dado el mejor golpe, ya que tiempo después, él vivía y el caballero yacía sin vida a su lado. En contra, la herida impedía al soldado levantarse y le causaba un dolor que volvió a nublarle la vista. Al poco rato volvió a oír voces en lengua extraña a su lado. Oyó risas y cómo uno de los dueños de las voces desenvainaba la espada y se acercaba a él. Seguidamente sintió un golpe en la espalda y todo se oscureció definitivamente.

miércoles, octubre 25, 2006

¿Donde juegan mis hijos?

Me van a permitir realizar una pequeña crítica (o queja) municipal, y además me permitirán que incluya algunas fotillos que he sacado para ilustrar mejor mi denuncia.

Pues bien, en las imágenes pueden ver dónde juegan mis hijos. El lugar está en los miradores de Úbeda y podría decir que está en ese estado desde al menos hace cuatro años (en ese tiempo ha gobernado PSOE y PP, por si alguien estaba ya cargando la escopeta).

En las imágenes podrán apreciar el deplorable estado en que se encuentran los lugares donde los niños de mi barrio pueden jugar. No he querido sacar imágenes del suelo por no revolverles el estómago. Vamos, que del parque te tienes que ir a comprar un décimo de lotería (por eso de que pisar ciertas cosas da suerte). Es impresionante la dejadez con que se ha tratado el mantenimiento de los parques en una ciudad que está declarada "patrimonio de la humanidad". Es más, me daba un poco de pereza pasearme por todos los parques de Úbeda, pero puedo asegurarles que los demás están mas o menos igual.


Todo ubetense que se pase por el parque de Vandelvira podrá observar como en la entrada hay una enorme señal prohibiendo la entrada de perros, al igual que podrá observar como dentro del parque se reunen grupos de chavales (de estos que llevan un peinado que parece que tienen un cenicero en la cabeza) con sus pitbulles y rotwailers (no tengo ni idea de como escribirlo, así que los pongo como suena), que por supuesto campan a sus anchas, sueltos sin bozal por el parque. Y los niños jugando a tres pasos de los bichos esos.

Luego es curioso, aparcas mal el coche y a los cinco minutos tienes una multa en el parabrisas. La policia municipal es efectiva de forma selectiva (lo sé por experiencia, he pasado dos noches en un calabozo por tocar la guitarra en la calle y porque un municipal cafre se cruzó en mi camino).

Pero a lo nuestro, la pregunta es clara, ¿que hay más importante que la educación de nuestros hijos?, y esto lo digo porque el juego es parte de la educación de un niño. Pues señores, parece que a nuestros concejales (los de Úbeda, que otros no sé) les importa un comino, por no decir una mierda (que ya hay bastantes esparcidas por los parques), la educación de nuestros hijos.

Ahora que lo pienso, a lo mejor es todo una maniobra del ayuntamiento: si los niños se acostumbran a estar rodeados de suciedad, cuando crezcan no se asombrarán de los individuos que nos gobiernan, en Úbeda, en Andalucía, en España, en Europa, en...

viernes, octubre 20, 2006

Instantes finales IV: El curioso

El Curioso, así le gustaba llamarse. Sí. Curiosidad, esa era la palabra clave que resumía su existencia, desde niño ya sus padres sufrieron su ansia por aprender. Su meta era saberlo todo, y solía acometer su empresa como un buen estratega. Escogía un tema y lo desentrañaba lenta pero inexorablemente hasta llegar a los límites de lo conocido. No era el típico aprendiz de todo, no, cuando hablaba sobre cualquier tema, era la eminencia, el sabio.

Este don, por llamarlo de alguna forma, le trajo la fatalidad una tarde, en una de esas tertulias, o mejor dicho, sus discursos. El caso es que de entre los oyentes surgió un maligno orador que preguntó al Curioso, - ¿Qué puedes decirme sobre la muerte?, ¿no crees que ciertas cosas sólo pueden probarse mediante la fe? -. El Curioso quedó callado, no pudo responder ante un tema sobre el cual sólo tenía como referencia los cuerpos muertos que había podido observar a lo largo de su vida, o los sentimientos que había podido causarle alguna que otra muerte, pero todo superficial. El hecho de quedar callado no fue importante, lo grave fue sembrar la semilla del interés hacia un tema desconocido.

A partir de aquel día, el Curioso comenzó a introducirse de lleno en el estudio de todo lo relacionado con la muerte. Decenas de cadáveres pasaron por sus manos, cientos de teorías, discursos de entendidos, todo lo imaginable. Pero el Curioso se dio cuenta de que aquello era sólo físico. Se podrían saber todas las reacciones que acontecen para que ocurra la muerte, pero no sabría lo que realmente sentiría un ser cualquiera en el momento de su muerte, hasta que él mismo muriera.

Su propia curiosidad le llevó un día a beber un veneno cualquiera, únicamente para saberlo todo sobre la muerte. Sabía que ese sería el final de su búsqueda del saber absoluto, pero en realidad no había conseguido nada, ni lo conseguiría así viviera mil años.

Al principio se sintió borracho, cierto mareo y un nerviosismo especialmente desagradable. Su corazón sin embargo, latía cada vez mas despacio. En cierto momento, su sentido del equilibrio comenzó a fallar, lo que le obligó a tumbarse en el suelo. Poco a poco su visión comenzaba a distorsionar las formas y los colores de aquello que veía, y a la vez disminuía la respiración. Esta sensación aumentaba paulatinamente, provocándole cierta angustia. Cuando trató de moverse observó como su cuerpo había quedado rígido, como si fuera de barro. No podía siquiera cerrar los ojos. En poco tiempo la visión era un torbellino de colores, y la respiración faltó. En ese momento una increíble paz dominó su cuerpo, y quedamente era consciente de que estaba muriendo, ese era el momento exacto de la muerte. Podían ser uno o dos segundos, aunque a él se le antojaran eternos. Ante la falta de oxígeno se limitó a disfrutar del momento sin tratar de luchar, cosa imposible por otra parte ya que su rigidez lo impedía.

En este tránsito tuvo un solo sentimiento desagradable. Podría llamarse tristeza, también añoranza, o despedida. Podría denominarse dolor. De todas formas, hubo un sentir que prevaleció sobre todos los demás, curiosidad...

martes, octubre 17, 2006

Historia de los hermanos Montgolfier

Pues, ¿qué quieren que les diga?. Como hay muchas búsquedas de hermanos de Méjico, de Colombia, de Argentina, y de algún lugar más buscando la biografía de los hermanos Montgolfier y su dichoso globo, pues aqui tienen un maravilloso sitio donde la explican fenomenal: Los hermanos Joseph-Michel y Jacques-Étienne Montgolfier, que disfruten de la lectura.

lunes, octubre 16, 2006

Madurez cívica

Es curioso, me estoy acordando de algo que ví en Belín hace unos años. Cuando llegabas a un semaforo en rojo, aunque fuera una vía recta, y no se veía ningún coche, nadie cruzaba si había algún niño esperándo a cruzar.


Un sólo gesto sirve para ver que una sociedad ya alcanzó su madurez cívica.

domingo, octubre 15, 2006

Ayer y hoy

Hoy vuelvo despues de un encuentro fugaz con la sierra. Pasear entre chaparros, mirar a las estrellas y ver que hay miles de ellas que no observamos desde la ciudad, escuchar la berrea.

Te cuentan historias que ya te han contado, pero que no te importa volver a oír. Historias de cazadores, historias de ricos y pobres, historias de una vida dura, de cuando los niños trabajaban, de cuando el furtiveo era un modo de supervivencia, de cuando la injusticia era un modo de vida.

Supongo que me las volveran a contar y yo las volveré a escuchar atentamente porque nunca hay que olvidar. Trataré de retenerlas en mi memoria, y de esa forma también perdurarán aquellos que contaron esas historias.


Un abrazo a los que estuvieron allí y lean esto.

martes, octubre 10, 2006

Instantes finales III. La doncella

Era aún una chiquilla, no comprendía del todo las acciones del Conde, pero a pesar de todo sabía que esa noche perdería el tesoro que había guardado durante sus pocos años de existencia. Se lo había advertido una y otra vez su madre, y esa tarde no hizo caso de sus consejos, salió al bosque, cerca del castillo, la vio el Conde y se encaprichó de ella. La quería para la noche, y ahora estaba en aquella habitación, desnuda, sola, esperando al ladrón, que se llevaría lo que había reservado para algún hombre honrado, cuando cumpliera la edad. ¿Qué sería de su vida?. Sin nada que ofrecer, sin amparo, sin casa, sin nadie que pudiera ayudarla. Todas esas historias sobre valientes héroes que había escuchado se desmoronaban ahora que sabía que nadie la salvaría de aquella profanación, que todo eran cuentos, falsedades, que no ocurrían en la realidad, que su destino se había sellado aquella tarde, en el momento en que el Conde posó sus ojos en ella.
Esperaba, con lagrimas en los ojos, al Conde en una lujosa alcoba , decorada ricamente con oro, joyas, y toda clase de muebles finamente tallados. Las paredes estaban llenas de cuadros que representaban mujeres, niñas, y ninguna parecía tener relación con el linaje del Conde. Se le antojó que aquellas eran otras desdichadas a las que el señor del castillo había llevado allí por la fuerza, como a ella. Se horrorizó de imaginar su imagen en las paredes de aquel lugar, pero en sus ojos no quedaban ya lágrimas, su alma estaba invadida por la resignación, no cabía ya pena, ni miedo, sólo una sumisión total al destino, rueda imparable que gira decidiendo el futuro de los hombres.
Su vista se fijó de pronto en una mesa, en la que habían traído comida. Estaban los cubiertos, había un cuchillo. La doncella lo tomó y se lo colocó en el pecho, “mi virgo no será de nadie”, pensó, y lo hundió en la carne.
Cuando la encontraron, el Conde lloró su muerte, y en su interior habitó admiración para con aquella muchacha, tan valiente que escogió la muerte a la deshonra. En la sala de audiencias colgó desde entonces el cuadro de una muchacha, para que todos admiraran, como el Conde, a aquella doncella fiel a su virginidad.

Papel mojado

Contitución Española, Título 8, Capítulo 1:

Artículo 138
1. El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular.
2. Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.
Artículo 139
1. Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.
2. Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de bienes en todo el territorio español.
******
Esto sólo es un ejemplo, véase también el título preliminar.

domingo, octubre 08, 2006

A cerca de...

Interrumpimos la emision para informarles que lo instantes finales son una serie de relatos que pertenecían a un proyecto que intente llevar a cabo hará unos quince años o así. Era un bonito proyecto que no terminé, pero aún conservo estos relato que prefiero darlos como un presente a todo aquel que suba a mi globo, antes que se pierdan en el olvido. Sólo deseo que disfruten de su lectura y sobre todo que entiendan que no conllevan ninguna ideología, son relatos, sólo eso. Aún quedan un buen número de instantes finales. Poco a poco los iré sacando y espero que les gusten. Gracias por su atención y sigan disfrutando de la programación.

sábado, octubre 07, 2006

Instantes finales II. El ladrón

Era demasiado fácil, se decía una y otra vez. Demasiado sencillo... No habían pasado más de dos horas desde el ocaso, cuando había comenzado el ladrón su andadura. El muro no opuso resistencia, los numerosos guardianes no reaccionaron a tiempo a la silenciosa cerbatana de dardos narcotizados, fue sencillo forzar la ventana y serrar sus barrotes, y por último, el enorme candado que cerraba el arca dorada fue derrotado por la pequeña ganzúa a la primera.
Cuando se encontró ante tan magnifica joya, sintió como toda su carrera, desde robar bolsas hasta haber arrebatado tesoros a grandes reyes, que por otro lado no le habían durado ni un mes, llegaba a su espléndido final, una retirada en la mas absoluta riqueza, la meta de todo ladrón. Era la culminación que había ansiado desde hacía años, algo perseguido con obsesión, el mas grande robo cometido por nadie, la Sagrada Joya del Reino de Baab, el Mago Supremo. Había oído las mas delirantes fantasías acerca de su magnificencia, de su valor, de su tamaño, y cuando la tenía ante sus ojos supo lo lejos que estaban las descripciones de la realidad. Aquella maravilla valía mil veces más de lo que se había especulado. En realidad, nadie la había visto tan cerca como la tenía el ladrón, nadie salvo el mismo Baab.
La Sagrada Joya era el centro del poder del Mago Supremo, cosa que si hubiera previsto el ladrón, habría sido tan superada como el muro, los guardianes, la ventana, sus barrotes y el candado, pero no fue así. El era en ese momento el maestro de ladrones, no le habría resultado difícil ejecutar el robo perfectamente de no ser por ese pequeño detalle. Lo comprendió cuando se encontró ante el mismísimo Baab, cuando quedó petrificado ante un gesto suyo y fue condenado a la vida inerte, según las palabras de Baab, hasta que otro ladrón con su experiencia le sustituyera.
Esa fue su condena, pasar años, siglos, ante el arca que había codiciado, observándola sin descanso, día y noche, sin poder mover un músculo, pero sin morir. Moriría, y este sería el fin del castigo, cuando alguien intentase robar la gema, o cuando muriese el mago. Ya no recordaba cuanto hacía de eso, y se maldecía una y otra vez por su codicia. Solo esperaba que alguien le sustituyera, que alguien, en definitiva, le matase. Cruel castigo sufría por su osadía, mirar infinitamente algo que había deseado toda su vida, con la única esperanza de que la muerte lo envolviese por fin, anhelo que era ahora su única obsesión, ¡¡ la muerte !!.
Y por fin una noche, sus ansias vieron su recompensa tan próxima como lo había estado la Suprema Joya la noche de su amargo cautiverio. Un joven había entrado en la sala, no debía ser mayor de quince años, y su robustez le sorprendió. Quizás así había sido él antaño, pero no tan arrojado. El contaba más de treinta cuando pisó esa sala. Su corazón le susurraba que el final del castigo estaba cercano, aunque su alma se entristeció por el destino que aguardaba al adolescente, de no ser por la crueldad de su tortura, hubiera deseado que aquel joven no fracasase donde él lo había hecho, pero la aparición de Baab en el momento en que el muchacho habría el cofre, alejó esos posibles deseos. El Mago le miró antes de extender su mano y lanzar la maldición al pequeño ladrón, sonrió levemente. Por fin, le dijo, hallarás el tesoro que tanto has buscado, la paz eterna. El joven, estremecido, miró la estatua a la que habló el Brujo y pudo observar antes de quedar paralizado, cómo de sus ojos brotaban lágrimas.

Instantes finales I. El ermitaño

Grandes llanuras míticas, espejismos, desolación, arena, sed, calor. Arena y sed. Calor y sed. Sed y desolación. Calor y arena. El sol poniente da un suspiro anaranjado y se oculta. Silencio. El ermitaño sigue caminando. Silencio. Sed. Sus pasos resuenan en la enorme extensión despoblada, siniestra, oscura. Tan solo un aullido lejano. Después, otra vez el silencio. Espejismos. Es un hombre viejo, camina tranquilo, sabe a donde va. Sed y espejismos. Sed y silencio. Mucho silencio.
Tras el calor, el frío. El viejo se intenta abrigar un poco, pero sin ninguna prenda mas que esa manta es difícil. Frío,. Silencio. El cielo es claro, estrellado. La luna brilla y da algo de luz, y el ermitaño tropieza con el Gran Río. El Río Sagrado. El Río de los Dioses. El Gran Río de Mohz. Sus enfurecidas aguas no reflejan la luna. Ni las estrellas. En sus aguas se refleja la verdadera naturaleza de aquel que mira. A veces refleja amor, a veces odio, a veces dolor, a veces miedo. Sed y agua. Frío y arena. Agua y espejismos. Desolación.
El anciano ermitaño deja su bastón y su manta. Solo se oye el rumor de las aguas. Un sordo monólogo. Una melodía de una sola nota. Eterna melodía que suena desde el comienzo de los tiempos y cuya música se oirá hasta el final del universo. Se acerca a la orilla con paso lento. Ha llegado a la meta de su peregrinación. Es el final de su largo viaje, un viaje de toda una vida. Se arrodilla. Silencio escandaloso. Sed y agua. Desolación. Arena y frío. Mira. Observa su reflejo. Se observa a sí mismo. Ante él surge una figura que está compuesta de mil figuras con mil formas cada una. Se ve a sí mismo. Ve su verdadero yo. Su verdadera forma. Su aspecto a los ojos de Dios. Mira y muere. Arena. Desolación. Agua. Reflejos. Muerte. Silencio.

jueves, octubre 05, 2006

¿Somos libres?

Antes, el teléfono móvil era una útil herramienta que nos permitía llevar con nosotros un medio de comunicación. Ahora hemos perdido nuestra independencia. Estamos localizados en cualquier momento y, a menudo, recibimos llamadas en los momentos más inoportunos, de alguien conocido o no. Ahora existe una adicción reconocida al móvil. Ahora niños de siete u ocho años usan con asiduidad el móvil. Ahora no podemos salir de casa sin el puñetero telefonito.

Antes escuchabamos la música que nos gustaba, aquellos músicos que de una forma u otra nos decían algo, nos emocionaban. Ahora los cuarenta principales, las compañías discográficas y un largo etcetera, nos meten hasta la saciedad la música que más les conviene en el momento, tanto la repiten que involuntariamente todos la tarareamos (opá voiaseun corrá...). Encima dicen que esa música es la que el público pide. Que me digan dónde hay que llamar para pedir la música.

Antes los niños jugábamos todo el día en la calle, los adultos charlaban o usaban juegos de mesa para entretenerse, se escuchaba la radio. Ahora TODOS estamos pegados 25 horas al día delante del televisor (con consola o sin ella).

Antes solía ser normal tener un buén número de libros en la casa, y lo más importante, leerlos. Daba igual, novelas de estefanía, literatura española, extranjera, de aventuras, comics... Ahora los libros son un buen elemento decorativo en la mayoría de las casas (por eso se venden muchos). Ahora escritores pésimos son los mas vendidos porque firman contratos de uno o dos libros anuales y las editoriales tienen que venderlos como sea.

Antes se decía: el libro más vendido, octavilla, entre bambalinas, correo electrónico (cuando empezó)... Ahora se dice el best seller, flayer(flyer), back steich (stage), imeil (e-mail)...

Antes un futuro votante acudía a las reuniones (mitines) de varios partidos a ver cuál le convencía. Ahora un votante sólo acude al mitin de otro partido si va a reventarlo.

Antes las madres (o padres, aunque por mal que suene esto era raro) remendaban la ropa para que durara mas y la marca no era realmente importante. Ahora hay que comprarle las nikes al nene sino los acosan en el colegio.

Vuelvo a preguntar: ¿somos libres?


Usemos el pasado como un trampolín, no como un sofá.

martes, octubre 03, 2006

Cuidadito conmigo

Por si alguien aún no lo ha visto, en el Blog de Cuatro Gatos puede encontrarse el famoso video del robo del escaño del Presidente Rodriguez.
Ya parece todo aclarado, era un spot de una campaña contra la pobreza. Pero debido a la poca gracia que le ha hecho el video al presidente del congreso, parece ser que van a rodar cabezas.
Esto me recuerda aquella vez, cuando a Felipe Gonzalez se le ocurrio veranear en el Azor, que un iluso funcionario tuvo la ocurrencia de pedir "turno" para veranear también en el mencionado yate. Su mala cabeza le costó un traslado forzoso como castigo a la bromita.
Señores, andense con cuidado, si tienen algo que perder, no bromeen con el gobierno.


La máxima de hoy: Si criticas al que tiene el poder, tratará de mejorar, si lo alabas, se conformará con lo que ha hecho.

lunes, octubre 02, 2006

El Infierno

Veo que no hace falta morir para ir al infierno. Lo peor es que son los jueces los que abren las puertas...

domingo, octubre 01, 2006

A vuela tecla

A vuela tecla escribo los pensamientos fugaces que la cerveza inspira. La borrachera de las alturas nubla mi vista. El horizonte se transforma en un pulular de imágenes confusas que no alcanzo a distingir. Tu voz, me despierta...