Instantes finales I. El ermitaño
Grandes llanuras míticas, espejismos, desolación, arena, sed, calor. Arena y sed. Calor y sed. Sed y desolación. Calor y arena. El sol poniente da un suspiro anaranjado y se oculta. Silencio. El ermitaño sigue caminando. Silencio. Sed. Sus pasos resuenan en la enorme extensión despoblada, siniestra, oscura. Tan solo un aullido lejano. Después, otra vez el silencio. Espejismos. Es un hombre viejo, camina tranquilo, sabe a donde va. Sed y espejismos. Sed y silencio. Mucho silencio.
Tras el calor, el frío. El viejo se intenta abrigar un poco, pero sin ninguna prenda mas que esa manta es difícil. Frío,. Silencio. El cielo es claro, estrellado. La luna brilla y da algo de luz, y el ermitaño tropieza con el Gran Río. El Río Sagrado. El Río de los Dioses. El Gran Río de Mohz. Sus enfurecidas aguas no reflejan la luna. Ni las estrellas. En sus aguas se refleja la verdadera naturaleza de aquel que mira. A veces refleja amor, a veces odio, a veces dolor, a veces miedo. Sed y agua. Frío y arena. Agua y espejismos. Desolación.
El anciano ermitaño deja su bastón y su manta. Solo se oye el rumor de las aguas. Un sordo monólogo. Una melodía de una sola nota. Eterna melodía que suena desde el comienzo de los tiempos y cuya música se oirá hasta el final del universo. Se acerca a la orilla con paso lento. Ha llegado a la meta de su peregrinación. Es el final de su largo viaje, un viaje de toda una vida. Se arrodilla. Silencio escandaloso. Sed y agua. Desolación. Arena y frío. Mira. Observa su reflejo. Se observa a sí mismo. Ante él surge una figura que está compuesta de mil figuras con mil formas cada una. Se ve a sí mismo. Ve su verdadero yo. Su verdadera forma. Su aspecto a los ojos de Dios. Mira y muere. Arena. Desolación. Agua. Reflejos. Muerte. Silencio.
Tras el calor, el frío. El viejo se intenta abrigar un poco, pero sin ninguna prenda mas que esa manta es difícil. Frío,. Silencio. El cielo es claro, estrellado. La luna brilla y da algo de luz, y el ermitaño tropieza con el Gran Río. El Río Sagrado. El Río de los Dioses. El Gran Río de Mohz. Sus enfurecidas aguas no reflejan la luna. Ni las estrellas. En sus aguas se refleja la verdadera naturaleza de aquel que mira. A veces refleja amor, a veces odio, a veces dolor, a veces miedo. Sed y agua. Frío y arena. Agua y espejismos. Desolación.
El anciano ermitaño deja su bastón y su manta. Solo se oye el rumor de las aguas. Un sordo monólogo. Una melodía de una sola nota. Eterna melodía que suena desde el comienzo de los tiempos y cuya música se oirá hasta el final del universo. Se acerca a la orilla con paso lento. Ha llegado a la meta de su peregrinación. Es el final de su largo viaje, un viaje de toda una vida. Se arrodilla. Silencio escandaloso. Sed y agua. Desolación. Arena y frío. Mira. Observa su reflejo. Se observa a sí mismo. Ante él surge una figura que está compuesta de mil figuras con mil formas cada una. Se ve a sí mismo. Ve su verdadero yo. Su verdadera forma. Su aspecto a los ojos de Dios. Mira y muere. Arena. Desolación. Agua. Reflejos. Muerte. Silencio.
8 Comments:
La muerte no me interesa -decía el poeta José Hierro- cuando ella está yo no
P.D. Gracias por enlazarme a tu blog
Mmm... Que bonito.... Me encantan las descripciones tristes.....
Saludos.
PD: gracias por ponerme en los enlaces!!!
esa es la vida del hermitaño, aislado para conocerse a si mismo y cuando lo hace se muere.
BLOG AND ROLL
me gusta mas el alquimista como alegoria para buscarse a si mismo. Aunque si el pasaje es tuyo me parece muy bonito!!!
Por cierto lo unico que dije en mi blog fue que un politico mas alla de la propaganda de los debates sobre el estado de su territorio (al estilo Zapatero en el de la nacion que solo supo hablar de Aznar para defenderse sin aportar ideas), si le plantan una mocion de censura debe permanecer el las cortes y soportar las criticas que para eso tambien le pagan. Nuestro presi no aparecio en ningun momento.
Y las mociones de censura pueden servir de catarsis colectiva (como dijo pique cuando planteo la suya) ante la situacion de un territorio, aunque este perdida de antemano.
Un saludo!!
Que preciosidad...
Estos trocitos donde hay ríos sagrados, estrellas, silencios... me recuerdan al U2 de los 80....
Bikiños!
Muy tú... reflexiones sobre la vida y la muerte.
Me encanta.
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