Cabezas de turco

Resulta que se ha decidido castigar (para concienciar) al usuario doméstico incrementando las tarifas del agua. Sin embargo hay escasa repercusión del ingente número de pozos ilegales y diversos abusos por parte de sectores no domésticos.

Se persigue implacablemente a los fumadores usando como ariete abrumadoras cifras de muertes y enfermedades causadas por el tabaco. Y curiosamente las emisiones industriales, la contaminación causada por los vehículos a motor y demás vertidos contaminantes ajenos a los afectados de tabaquismo no tienen nada que ver con esas muertes y enfermedades. En un país industrializado la contaminación del aire procede, más o menos a partes iguales, de los sistemas de transporte, los grandes focos de emisiones industriales y los pequeños focos de emisiones de las ciudades o el campo; pero no debemos olvidar que siempre, al final, estas fuentes de contaminación dependen de la demanda de productos, energía y servicios que hacemos el conjunto de la sociedad. O sea, todos somos culpables, no sólo los fumetas.

Todos los años hacienda se hincha de hacer inspecciones a los pequeños contribuyentes haciéndoles la vida imposible. Cada vez que declaramos a hacienda, lo hacemos acojonados, no vaya a ser que los mil euros que cobramos por aquella chapucilla nos cuesten un disgusto. Otra cosa es el gran fraude que realizan los que pueden, porque para defraudar millones, hay que tenerlos, y sin embargo hacienda dice que es difícil luchar contra ese fraude. Claro, habiendo desgraciados a los que vapulear, ¿para qué se va a complicar la vida el fisco?.

No somos mas que el saco que recibe los golpes de un gobierno incapaz de enfrentarse a los verdaderos delincuentes.