El exceso
Todo hasta ahora lo considero lógico, normal o natural, pero lo que comienza a irritarme, lo que me hace pensar en la clase de sociedad en que vivimos, es la desmedida cobertura informativa que ha adquirido el caso del joven futbolista Antonio Puerta. Que me parece una lástima lo que le ha pasado, que es muy triste terminar de esa forma y a esa edad, pero es un exceso que emitan programas de cinco horas, y no uno, sino varios. Un exceso que en el Marca dedique 16 páginas a este hecho.
Pero lo que me pareció significativo es la importancia comparativa de unas muertes y otras. En la radio, Emma Penella o Umbral, ocupaban apenas 10 ó 20 segundos del informativo, mientras que Puerta ocupaba dos o tres minutos en el noticiario y otros tantos en el apartado deportivo. En la televisión ocurre algo parecido o más exagerado aún. Al entierro del joven acudieron unas 30000 personas (o más), y también acudieron Chaves, o Arenas, entre otras figuras políticas. He hecho la prueba en la página de Google tecleando el nombre y el primer apellido de cada uno de ellos entrecomillados y esto son los resultados para cada uno: Antonio Puertas 2628, Francisco Umbral 710, Emma Penella 245.
¿Qué conclusión puedo sacar de esto? Que vivimos (que seguimos viviendo) en un país de chiste, de charanga y pandereta, donde se magnifica la muerte de una persona si es futbolista, o hermana de un ladrón (véase J. Muñoz), pero si es un premio nacional de literatura, o un medico investigador que haya salvado miles de vidas, o una actriz que ha hecho cine y teatro toda su vida, o una mujer maltratada, o un niño maltratado, pues se le mencionará de pasada, porque eso "no interesa al público" ¿verdad?
Han cerrado los astilleros de Cádiz, y los sindicatos hubieran soñado con sacar a treinta mil manifestantes a la calle, pero no, la gente es capaz de salir a la calle por una folclórica, ¿pero por luchar por sus derechos? ¡¡JAMAS!! Y qué decir de los políticos, que huelen a la multitud y allá que se encasquetan, donde los saquen las cámaras y donde más se vea. Vamos, que se me cae la cara de vergüenza.
Estoy absolutamente convencido que si Antonio hubiera sido un medalla olímpico de atletismo, o un jugador de jockey hierba, o un jugador de tercera división, su muerte hubiera sido un simple "breve" en las noticias.
Ante todo vaya mi pésame a su familia, y también un consejo, no permitan que los medios y los hipócritas usen la muerte de Antonio para beneficio propio, no la conviertan en un circo, eso no se lo merece nadie.
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